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AMLO: el ataque como medio de defensa

“No hay mayor defensa que un buen ataque”, dicen y sí, muchas veces es la manera de protegerse ante las críticas, ante lo que no gusta de nosotros y atribuimos a los demás.

 

Es una manera de defenderse para reducir las consecuencias estresantes que produce una amenaza. En definitiva, muchos cuando se sienten atacados, vulnerados o afectados por una situación “dolorosa”, suelen responder con otro ataque. Este ataque (defensa) toma diferentes formas y tiene como objetivo intentar mantener el equilibrio.

Atacar como medio de defensa, sobre todo cuando alguien se siente amenazado, no es nuevo. La primera  vez que se habló de esta teoría fue en 1894, precisamente con el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, quien utilizó el término “defensa” por primera vez en su obra Las neurosis de defensa, y juntamente con trabajos posteriores postuló las luchas en las que se encuentra sometido el “yo” contra los ataques.

Andrés Manuel López Obrador, a lo largo de sus 18 años de campaña, ha adoptado el ataque para defenderse  de sus adversarios, sobre todo en momentos de crisis, cuando se siente amenazado o que la situación o coyuntura no lo beneficia.

A José Antonio Meade lo llamo “señoritingo” y “pelele”: “Meade es un pelele, es un títere, ya ni siquiera de Peña, sino de (Luis) Videgaray, es una pena”, dijo.

A Ricardo Anaya  lo insultó y descalificó al llamarlo “pirrurris”, y referirse al color de su piel.

A Margarita Zavala la llama “la esposa de Calderón”.

También ya peleó con Jaime Rodríguez, El Bronco, de quien dijo: “Fue candidato independiente para el pueblo, pero no para la ‘mafia del poder’, ya que se entendió muy bien con Peña Nieto”.

En octubre pasado, apenas confirmada la intención de María de Jesús Patricio Martínez, Marichuy, para contender como candidata independiente por la presidencia como representante del EZLN, Andrés Manuel enfureció y declaró que esta acción era únicamente con el fin de “hacerle el juego al gobierno”.

En un tuit publicado el 15 de octubre de 2016, el tabasqueño redactó: “El EZLN en 2006 era ‘el huevo de la serpiente’. Luego muy ‘radicales’ han llamado a no votar y ahora postularán a una candidata independiente”.

También cuestionó que en 2012 el EZLN rechazó apoyar su campaña “porque éramos lo mismo. En eso se han equivocado siempre, y ahora, como no tienen argumento, actúan de esa forma”.

Y es que la postulación de Marichuy, le afectó porque estaba seguro de que el EZLN lo apoyaría.

Andrés Manuel no ha cambiado. Cuando se siente acorralado ataca y así lo ha hecho durante tres campañas presidenciales y las locales en las que ha participado.

Uno de los episodios más célebres de sus desfiguros se dio durante la recta final de la campaña presidencial de 2006: el 15 de marzo de ese año, durante un mitin en el municipio de Ocotlán de Morelos, Oaxaca, López Obrador le dedicó al entonces presidente Vicente Fox la frase “cállate chachalaca”, molesto por las críticas del mandatario a su propuesta de bajar los precios de los combustibles: “¡Cállese, ciudadano presidente!, deje de estar gritando como chachalaca”.

Y a casi todos los políticos y empresarios que no lo apoyan los ha calificado como “distinguidos miembro de la mafia del poder” o “corruptazos”. Los suyos, hagan lo que sea, están exentos de estos calificativos.

Otro capítulo controvertido se dio en marzo de este año, durante una visita de AMLO a Nueva York, cuando uno de los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Antonio Tizapa, se acercó al tabasqueño y sostuvieron un diálogo incómodo:

“Soy padre de Jorge Antonio Tizapa Legideño”, le gritó a López Obrador.

“Pero le tienen que reclamar al Ejército, a Peña, no a mí”, respondió el político de Morena.

“Dos preguntas, cuando, lo que hizo Aguirre, cuando fue gobernador interino mataron a dos estudiantes de Ayotzinapa, y usted formaba parte del PRD”, insistió el manifestante.

Entonces López Obrador le respondió: “No sea provocador”.

Los medios de comunicación y los periodistas tampoco se han escapado de las descalificaciones de Andrés Manuel.

A finales de mayo, en la recta final de la campaña del Estado de México, tuvo una acalorada discusión al aire con Pepe Cárdenas, conductor de Radio Fórmula, la cual inició cuando le dijo seguir los pasos de los “buenos” periodistas de México, los “independientes, libres”.

Ese mismo día llegó a insultar, también en una entrevista para radio, a Carmen Aristegui, una de las periodistas a las que en el pasado AMLO siempre había elogiado. Cuando Carmen le hizo una pregunta incómoda respecto a las alianzas en el Estado de México, le dijo: “Eres mirona profesional”.

Casi siempre las críticas del presidente de Morena son muy superficiales, sin consistencia y sólo se dedica a atacar.

AMLO cancela el debate con la ofensa, porque carece de preparación para debatir. Casi nunca ha querido asistir a los debates presidenciales. 

Yo estoy convencida de que tanto en la vida como en la política se tienen que dar intercambios de ideas y de posturas, pero de una manera inteligente y sin insultos.

Violencia verbal

El líder nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, retó a Ricardo Anaya y a José Antonio Meade, precandidatos presidenciales del Frente Ciudadano por México y el PRI, respectivamente, a recorrer los municipios y pueblos del país sin utilizar helicópteros o aviones privados.

De gira por Temoaya, Estado de México, el tabasqueño volvió a llamar pirrurris y títeres de la mafia del poder a los aspirantes del blanquiazul y el tricolor, y dijo que es “una desfachatez querer representar al pueblo de México si no se conoce al país”, pues según él, ninguno conoce ni el 10 por ciento de los municipios.

“Que se apliquen, que recorran los pueblos, que les dé el sol, que visiten los municipios, que no estén nada más haciendo rueda de prensa en la ciudad de México”, manifestó.

Más tarde, en su cuenta de Twitter publicó una foto que acompañó con el siguiente texto: “Los candidatos pirrurris de la mafia del poder, Meade y Anaya, además de no visitar los pueblos y recoger los sentimientos de la gente, se pierden de comer la suculenta barbacoa de El Carnalito”.

 

En marzo, durante una gira que realizó en Nueva York, el tabasqueño debió frenar un mitin ante las protestas de Antonio Tizapa, padre de uno de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala,  pancartas en las que mostraba fotografías del dirigente de Morena junto con José Luis Abarca, exalcalde de Iguala y señalado como el principal responsable de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa.

Tras parar el evento, López Obrador subió a su camioneta donde Tizapa volvió a cuestionarlo, ante lo cual el líder de Morena le dijo que era un provocador. “Cállate”, se escucha decir al tabasqueño al padre del normalista, lo que desató una polémica en redes sociales.