Trump, de Rusia con amor
La principal noticia de la Unión Americana toda esta semana ha sido la entrega al FBI de Paul Manafort, exjefe de campaña del presidente Donald Trump. El pasado lunes, tras ser acusado por un gran jurado federal de conspirar contra Estados Unidos, lavado de dinero y operar con un agente extranjero sin el registro debido, Manafort llegó a las oficinas del FBI, en Washington.
Estos cargos contra Manafort se lograron a partir de la investigación sobre la posible intervención de Rusia en las elecciones presidenciales del 2016, una investigación a cargo del abogado especial del Departamento de Justicia, Robert Mueller.
También el socio de Manafort, Rick Gates, se entregó al FBI. Las fianzas se han fijado en 12 millones para Manafort y cinco para Gates.
El exasesor tiene 68 años y fue parte del equipo de campaña de Trump entre junio y agosto de 2016, antes de renunciar por los reportes que muestran que trabajó como cabildero para el expresidente de Ucrania, Viktor Yanukovich, aliado de Rusia, así como para el empresario ruso Oleg Deripaska, a cambio de lo cual recibió un pago de 10 millones de dólares.
El presidente Trump negó los resultados de la investigación y a través de Twitter calificó el tema como “un disparate”.
“Perdón, pero esto fue hace años, antes de que Manafort formase parte de la campaña de Trump. ¿Por qué no están ‘Hillary la corrupta’ y los demócratas en el foco? Además, ¡no hay colusión (entre la campaña y Rusia)!”
Una declaración simplemente para distraer la atención del caso Rusia.
Desde el 21 de marzo pasado el FBI confirmó que investigaba la posible injerencia de Rusia en las elecciones de Estados Unidos y las relaciones del equipo de Trump con Moscú.
Lo grave es que la cercana relación de Donald Trump no es por la interferencia de Rusia en la elecciones, es añeja. Trump como constructor empezó a tener problemas para conseguir dinero para sus proyectos. Se ha confirmado que su condohotel Trump Soho, entre otros desarrollos, fue edificado con recursos provenientes de Rusia, que se triangularon mediante bancos alemanes.
Dice el periodista estadounidense Bill Maher en tono de broma que “Rusia le dio recursos a Trump para sus desarrollos inmobiliarios y que Trump les dio América”.
Y aunque Trump asegura que ha dejado los negocios familiares (como los desarrollos inmobiliarios que reciben recursos de Rusia), su familia los sigue manejando. ¿Esto genera conflicto de interés? Para Trump no.
Y es que gran parte de el círculo cercano a Trump está siendo investigado por el tema de la interferencia rusa en la elecciones, pero también de inversiones de ese país en los negocios privados de Trump, que se supone que él ya no opera.
Ahí está Donald Trump Jr., quien se encarga de los negocios de su padre.
El hijo mayor del presidente se reunió con investigadores del Senado durante cinco horas en septiembre pasado, para hablar acerca de su encuentro del 9 de junio de 2016, con un abogado ruso que afirmó tener problemas con Hillary Clinton.
Trump Jr. dijo a los investigadores que era escéptico sobre la reunión, pero decidió ir en caso de que se revelara información sobre el “estado físico” de Clinton para ser presidente. Trump Jr. asegura que el abogado no tenía información sobre Clinton, y él sostiene que no se confabuló con los rusos durante la campaña.
Jared Kushner, casado con la hija del presidente y uno de sus principales asesores, también asistió a la reunión en la Torre Trump con el abogado ruso, habló en julio con integrantes del personal del Comité de Inteligencia del Senado, que investigaban la interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales.
En una declaración escrita de 11 páginas emitida horas antes de la reunión, Kushner dijo que tuvo cuatro contactos con los rusos durante la campaña y la transición, y que ninguno de ellos fue impropio.
Muchos aseguran que el tema Rusia le podría costar la presidencia a Trump, pero sería el primer caso en la historia de Estados Unidos que algo así sucediera.
Está el caso de Richard Nixon, quien el 8 de agosto de 1974, renunció al cargo debido al escándalo Watergate. Con ello, el republicano se convirtió en el único mandatario de su país que dimitió a su cargo.
Pero la realidad es que Nixon tuvo la humildad de renunciar, antes de ser expuesto a un proceso. ¿Usted se imagina a Trump renunciando?
Por supuesto que no.
Por eso, este proceso judicial será mucho más complejo y en el camino el peligro es que seguramente se le ocurrirá a Trump algo para seguir creando cortinas de humo y así distraer a la gente y minimizar el caso Rusia.
Entre aclaraciones y advertencias
Facebook, Twitter y Google comparecieron, ayer a través de sus representantes en una audiencia ante un subcomité judicial del Senado, para hablar sobre cómo fueron manipuladas sus respectivas plataformas con información y noticias falsas, entre junio de 2015 y agosto de 2017, como parte del Rusiagate.
Las tres empresas aclararon las cifras que inicialmente habían revelado. Los anuncios falsos en Facebook, vinculados a la Agencia de Investigación de Internet (IRA, por sus siglas en inglés) en Rusia, llegaron a 29 millones de usuarios, con un alcance de hasta 126 millones de personas. Google encontró mil 108 videos en 18 canales de YouTube con 43 horas de contenido relacionado a la campaña del Kremlin, así como 4 mil 700 dólares invertidos en anuncios de búsqueda y display. Twitter identificó 2 mil 752 cuentas falsas rusas y más de 36 mil bots que publicaron tuits 1.4 millones de veces durante las elecciones.
Por su parte, el gobierno ruso dijo ayer que “la imaginación no tiene límites”, en relación con las acusaciones de haber intervenido en la campaña presidencial de EU a favor de Donald Trump.
“Sin ninguna prueba se nos acusa de inmiscuirnos en las elecciones, no sólo en Estados Unidos”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov.
Ayer, el fiscal especial Robert Mueller advirtió que si mienten sobre los contactos entre la campaña de Trump y los rusos, los va a acusar de de cargos penales federales. Por lo pronto, Paul Manafort, exjefe de campaña de Trump, compareció ante la Corte el lunes.