Mireya, el porqué del suicidio y asesinato Parte I: Los videos
Cuando escribí la columna: “Mi encuentro con Mireya, la madre que mató a sus hijos”, empecé a tener contacto con gente que estuvo cerca de ella, durante el proceso de divorcio y de la pelea interminable con su exmarido Leopoldo Olvera, a quien ella acusaba de haber abusado sexualmente de los niños, y con quien se disputaba la patria potestad de los menores.
Ivin Jaubert es un investigador especializado en temas de abuso sexual en menores. Mireya lo conoció cuando él daba una conferencia, y al escuchar su historia el especialista quiso apoyarla.
“Noté algunas inconsistencias sin embargo mi prioridad era ahondar en el tema que me llevaba al encuentro con ella, que era abuso sexual infantil. A partir de ese día empezamos a tener diferentes reuniones, de horas, también con su papá, don Enrique.
“Es impactante el desenlace de esta situación y sí hay responsables, y yo creo que sí se podría dejar un precedente para evitar en la medida de lo posible que se vuelva a suscitar una tragedia de esta magnitud”, señala.
Mireya buscaba pruebas para probar el abuso de su exmarido hacia los menores y le llevó unos videos al especialista en abuso sexual.
“Es una profunda tristeza, se puede propiciar la culpa y ése es el tema central de la conversación, no puede haber otros temas. Cuando yo me doy cuenta que esto era una simulación, porque lo digo con toda responsabilidad, fue una simulación, fue una invención de cosas proveniente de una mente muy enferma, y lo digo con el más absoluto respeto a la ausencia de la señora, ella después de varias reuniones me muestra una serie de videos, veo los videos y en esos videos se le barren algunas palabras, algunos aleccionamientos hacia los niños donde les insistía qué dijeran y los niños dicen ya no queremos seguir en esto. Esos videos mostraban claramente que había una simulación y en mi experiencia la confronté y le dije con toda claridad: “necesito ayudarte, dime exactamente lo que quieres”, me contestó: “no quiero que me quiten a mis hijos”, le dije: “esto es muy cruel, lo que estás haciendo con ellos es muy cruel, es perverso, está muy, muy mal. Eso no debe ser, en esos videos lo que se muestra, lo que se ve es que los estás obligando a hacer una imputación en contra de su papá”.
A esos videos he tenido acceso, son 15, en uno de ellos se ve a una de las gemelitas, dando vuelta en un sillón tratando de repetir lo que la madre le está diciendo.
“Cuando voy a convivencia, mi papá me hace groserías, me pega, me mete el dedo en la cola, me pone pipí y me la tomo y él me pega con un bate”. Y al final la chiquita dice, “ah ya no recuerdo”.
En otro, se puede ver a las dos gemelitas con su hermano mayor, una de ellas repite las mismas cosas que decía en el video anterior: “mi papá es un ogro, y me ha hecho cosas malas y me chupó la cola, me hizo que me tomara su pipí blanca, me ha pegado con el bate”.
La otra gemelita le pregunta a su mamá “¿Yo empiezo?” se escucha la voz de Mireya decir: “Lo que sientan en su corazón díganlo”.
En el video también se ve al niño que es un poco mayor, bostezando y con hartazgo. Mireya le dice a su hijo que hable y éste sólo la ve y se queda callado.
A la gemelita, Mireya nuevamente le pregunta: “Qué hacía tu papá”, ella le responde “lo que tú digas mamá”.
En el video el niño es cuestionado de una manera insistente por su madre, éste sólo se tapa su carita, no responde nada, solamente le dice “ya mamá, nada mamá”.
Y Mireya vuelve a intentar grabar otro video y el niño ya forzado repite lo de la pipí blanca.
En las siguientes tomas se escucha a Mireya que insiste y el niño ya no quiere hablar, sólo respira profundamente.
En uno más, Mireya quiere forzar a la niña para que diga que en los centros de convivencia la maltrataron. La menor no sabe qué decir.
Y continúa interrogando al niño, él solamente repite una o dos palabras de las que le está diciendo Mireya y dice: “Y ya”.
Ivin me explica qué sucedió cuando él recibió los videos:
“Me mostró materiales con más de una hora de videos, pero a ella se le barrió, o sea, se le fueron muchas partes de video donde ella está aleccionando al niño y a las niñas, donde está tratando, está influyendo para que ellos digan lo que ella quiere que dijeran y entonces yo le dije: “¿por qué pasa esto?” y me dijo: “necesito editar el video, necesito editar estos videos, necesito hacer una edición de estos videos”, yo le dije: “yo no me prestaría a una situación de este tipo, yo no conozco a nadie que haga videos de ese tipo y eso sería un crimen, sería seguir en el mismo propósito” y ella me decía: “es que no quiero que me los quite, me los van a quitar”.
“Aquí hay un problema que es muy importante, por eso es que acepté platicar contigo, debe quedar un precedente de este tipo de problemas graves. Mireya tenía problemas de psiquiatría, pero era obvio, era patente que tenía un problema mental grave, estaba muy, muy enferma y eso los médicos que la vieron e hicieron los dictámenes, debieron haberlo señalado. Hubo mucha tardanza en rescatar a esos niños, si alguien quiere encontrar un culpable, no es la enferma mental, no son los abuelos, no es el señor Leopoldo, aquí hay una omisión, debieron de haber rescatado a esos niños. Yo estuve a punto de buscar al padre de los niños, no lo conozco, no lo busqué”.
Mañana continuamos con esta historia.
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